La diseñadora de interiores Radharani Domingos, de 43 años, ha logrado recuperar parcialmente la visión tras sufrir una grave intoxicación por metanol al consumir bebidas adulteradas en un bar de São Paulo. El incidente ocurrió en el barrio de los Jardins, en la zona oeste de la ciudad, cuando Radharani bebió tres caipiriñas con vodka durante una celebración con amigas.
Pocas horas después, comenzó a sentirse mal y fue hospitalizada en estado crítico, permaneciendo 15 días en coma. Un informe médico reveló que su organismo contenía una concentración de 415,90 mg/l de metanol, cuatro veces más de lo necesario para provocar un coma profundo o incluso la muerte. Especialistas advierten que niveles superiores a 100 mg/l ya representan un grave riesgo de daño cerebral y fallecimiento.
Actualmente, Radharani sigue un tratamiento con un neuro-oftalmólogo y ha reportado mejoras graduales en su visión. Aunque describe su vista como “oscura y nebulosa”, afirma que cada día percibe mejor los contornos y diferencias de color en los objetos. “Es un alivio gigantesco”, declaró a la televisión brasileña.
El caso ha generado preocupación sobre la seguridad en el consumo de bebidas alcohólicas y la necesidad urgente de una mayor fiscalización en bares y restaurantes. La víctima exige una investigación rigurosa por parte de las autoridades para evitar que más personas corran el mismo riesgo. “No podemos salir a tomar una caipiriña y volver a casa sin poder ver”, expresó.
Radharani espera que su experiencia sirva como advertencia y que las autoridades actúen con firmeza. Su testimonio ha reavivado el debate sobre el control de calidad en la venta de bebidas alcohólicas y la responsabilidad de los establecimientos en garantizar la seguridad de sus clientes.


