Mara, una madre de seis hijos residente en el sur de Texas, vivió una experiencia traumática cuando su hija de dos años, Sunny, casi muere ahogada en una piscina mientras ella cambiaba el pañal de su bebé de tres meses. El incidente ocurrió durante una visita a casa de unos amigos y provocó que el Child Protective Services (CPS), organismo de protección infantil, iniciara una investigación por presunta negligencia.
Según relató Mara a la revista People, dejó a sus hijos bajo supervisión mientras atendía al bebé. Al regresar, encontró a Sunny inconsciente, con el cuerpo azul. La pequeña fue reanimada por paramédicos y trasladada a un hospital infantil, donde se recuperó satisfactoriamente.
Tras el accidente, el CPS inició una investigación alegando “supervisión negligente”. La familia recibió visitas domiciliarias, fue sometida a entrevistas y se le impuso un plan de seguridad de 30 días que prohibía al padre estar solo con los niños o conducirlos. También participaron en clases obligatorias sobre seguridad acuática y crianza, y recibieron visitas sorpresa de los agentes del CPS, lo que generó ansiedad en todos los miembros del hogar.
La hija mayor, de 12 años, incluso temió decir la verdad sobre quién debía estar supervisando a Sunny. Finalmente, tras cinco semanas, el caso fue cerrado por falta de pruebas de negligencia.
Mara expresó sentimientos encontrados sobre la resolución, sintiendo que el castigo no se correspondía con la gravedad del incidente. Ahora comparte su historia en redes sociales con la intención de concienciar a otras familias sobre los peligros domésticos y la importancia de la vigilancia infantil.


