Lauren Carson, una británica de 31 años activa y deportista, vivió una experiencia cercana a la muerte tras desarrollar una infección urinaria que evolucionó a una infección generalizada. El caso ocurrió en agosto de 2025, cuando Lauren comenzó a sentir fuertes dolores de espalda y dificultad para caminar. Aunque ya estaba en tratamiento con antibióticos, los síntomas persistieron y se intensificaron durante unas vacaciones en Mallorca, España.
De regreso a Belfast, Irlanda del Norte, su estado empeoró drásticamente. El 22 de agosto, tras una llamada al médico, fue trasladada de urgencia al hospital. En apenas seis horas, los exámenes revelaron piedras en los riñones y un cuadro de choque séptico, una grave condición en la que la presión arterial cae peligrosamente debido a una infección en la sangre.
Los médicos le comunicaron que, sin una operación de emergencia, le quedaban solo 24 horas de vida. Fue sometida inmediatamente a una cirugía para retirar las piedras y permaneció ingresada cinco días en el Hospital Royal Victoria. A pesar de sobrevivir, Lauren perdió parte de su movilidad y aún sufre síntomas recurrentes, como dificultad para caminar largas distancias.
“Las infecciones urinarias son tan comunes en mujeres que nunca imaginé que pudieran ser mortales”, declaró Lauren. Tras su experiencia, lanza un mensaje de alerta a otras mujeres: “Si los antibióticos no funcionan en tres días, acude al médico. No ignores síntomas como cansancio o confusión”.
Este caso pone de relieve la importancia de tomar en serio las infecciones urinarias y buscar atención médica rápida para evitar complicaciones graves. Lauren, que antes practicaba yoga, pilates y running, asegura que su vida ha cambiado completamente por una infección que parecía inofensiva.


