Kara Carpenter, una estadounidense de 31 años, vivió una experiencia extrema en noviembre de 2021 cuando desarrolló una rara y potencialmente mortal condición conocida como síndrome de Stevens-Johnson (SJS). Todo comenzó durante una escapada con su hermano a las montañas Ouachita, en Arkansas, donde empezó a sentir un malestar intenso que rápidamente se agravó.
Inicialmente, los médicos sospecharon de una infección común, pero su estado empeoró drásticamente: perdió la visión, su piel comenzó a descamarse y entró en un estado de delirio. El diagnóstico definitivo de SJS llegó cuando ya presentaba lesiones cutáneas severas, lo que motivó su traslado aéreo a un hospital especializado en Houston, Texas.
Durante 28 días permaneció en estado crítico en la UCI, donde fue sometida a tratamientos como injertos de membrana amniótica en los ojos. A pesar de la gravedad de la enfermedad, logró sobrevivir. El 23 de diciembre de 2021, abandonó la UCI tocando el tradicional “campanazo” que simboliza la victoria de los pacientes.
La recuperación fue larga y dolorosa, marcada por secuelas oculares tratadas con colirios de plasma sanguíneo y lentes especiales. Kara aún lidia con traumas emocionales, como pesadillas y recuerdos del hospital, pero ha transformado su experiencia en una misión de concienciación. Comparte su historia en redes sociales para apoyar a otros pacientes y dar visibilidad a la SJS.
“Sobrevivir al síndrome de Stevens-Johnson fue lo más solitario, doloroso y de lo que más me enorgullezco en mi vida”, declaró. Su testimonio ha llegado a millones de personas, ofreciendo esperanza y orientación a quienes enfrentan enfermedades graves y poco conocidas.
