En Estambul, el cumpleaños número 45 de Ali Çiftçi terminó en tragedia cuando un ladrón irrumpió en su hogar. Durante el forcejeo, ambos cayeron por una ventana del tercer piso. Ali quedó debajo del asaltante, quien usó su cuerpo como apoyo para huir. El ladrón escapó ileso y nunca fue encontrado, mientras que Ali sufrió heridas gravísimas, incluyendo la pérdida del 83% de su cráneo.
Tras meses en coma y dos años de hospitalizaciones y operaciones, Ali logró sobrevivir, desafiando las predicciones médicas que le daban solo un 10% de posibilidades. Su recuperación fue posible gracias a implantes de titanio personalizados fabricados con tecnología 3D por el Centro de Diseño y Producción Médica (METÜM) de la Universidad de Ciencias de la Salud de Ankara.
El neurocirujano Özkan Tehli explicó que la lesión de Ali era sin precedentes, afectando el 64% de la superficie craneal y el 83% del volumen del cráneo. Antes de la última cirugía, Ali sufría desequilibrios, problemas de memoria, visión, habla y escritura. Tras la operación, el 90% de estos síntomas remitieron.
Los implantes no solo restauraron su aspecto físico, sino que también devolvieron funciones neurológicas esenciales, como el flujo sanguíneo cerebral y la circulación del líquido cefalorraquídeo. La directora del METÜM, Simel Ayyıldız, detalló que los modelos se crean a partir de imágenes del paciente, transformadas en diseños tridimensionales mediante software especializado, lo que permite una planificación quirúrgica precisa.
Hoy, Ali ha retomado su vida laboral y familiar. Asegura sentirse completamente recuperado y agradecido. “Trabajo como antes, incluso hago horas extra. Dicen que estaba muerto, pero aquí estoy, vivo y trabajando”, declaró emocionado.
Su historia es un testimonio de resistencia humana y de los avances de la medicina personalizada, que combinan ingeniería y neurocirugía para ofrecer segundas oportunidades.
