Christopher Sharratt, un joven británico de 25 años originario de Staffordshire, ha decidido revertir todos los procedimientos estéticos a los que se sometió durante años, tras reconocer que desarrolló una adicción a los rellenos faciales y labiales. Según declaró a Newsweek, comenzó con las aplicaciones a los 17 años y calcula haber gastado cerca de 25.000 reales brasileños —aproximadamente 4.700 euros— en estos tratamientos.
Sharratt explicó que su dependencia estaba relacionada con la gratificación instantánea que sentía al ver el hinchazón inmediato tras cada sesión. Sin embargo, con el paso de los días, esa apariencia desaparecía y sentía la necesidad de repetir el procedimiento. Durante la pandemia, al no poder acceder a las clínicas, tuvo un momento de introspección al revisar fotos antiguas, lo que le llevó a cuestionar su necesidad de modificar su aspecto físico.
Para recuperar su apariencia natural, se sometió a cuatro sesiones de disolución de rellenos. Mientras que los de las mejillas y mandíbula fueron fáciles de eliminar, los de los labios requerían una técnica más compleja debido a la cantidad de producto acumulado.
Actualmente, Sharratt se muestra crítico con la falta de regulación en el sector estético del Reino Unido y defiende la necesidad de establecer normas más estrictas. “Ningún joven de 17 años debería tener acceso a estos tratamientos”, afirmó.
Tras abandonar los procedimientos, asegura sentirse más seguro y accesible socialmente. “Ahora más personas se me acercan a hablar, algo que antes no ocurría”, concluyó.