Amou Haji, un iraní conocido internacionalmente como “el hombre más sucio del mundo”, falleció a los 94 años en octubre de 2022, tan solo unos meses después de haber tomado su primer baño en más de seis décadas. Residente del pueblo de Dejgah, en la provincia de Fars (sur de Irán), Haji evitó durante la mayor parte de su vida cualquier contacto con agua y jabón, convencido de que la higiene podría provocarle enfermedades.
Durante más de 60 años, rechazó las insistentes propuestas de los vecinos para que cambiara sus hábitos. Finalmente, accedió a lavarse poco antes de morir, tras lo cual enfermó y no logró recuperarse. Su historia, recogida por la agencia estatal iraní Irna, ha generado un intenso debate en medios internacionales, tanto por su estilo de vida como por el supuesto récord que ostentaba de mayor tiempo sin bañarse.
En una entrevista concedida en 2014 al Tehran Times, Haji relató que su comida favorita era el puercoespín, aunque también consumía carne en estado de descomposición y agua contaminada almacenada en una lata de aceite. Vivía entre un hoyo excavado en la tierra y una pequeña estructura de ladrillos construida por vecinos que se preocupaban por su bienestar.
Además de su peculiar dieta, era un fumador compulsivo y llegó a ser fotografiado fumando varios cigarrillos al mismo tiempo. Según la agencia Irna, cualquier intento de limpieza le causaba malestar físico y emocional, lo cual podría estar relacionado con traumas sufridos en su juventud.
La historia de Amou Haji ha capturado la atención del mundo, no solo por su estilo de vida extremo, sino también por la curiosa coincidencia de que su muerte se produjera poco después de romper con su prolongado rechazo a la higiene. Aunque se le considera el ser humano que más tiempo ha pasado sin asearse, su récord aún no ha sido oficialmente reconocido.