El científico Luke Kemp, investigador de la Universidad de Cambridge y experto en el estudio del colapso de civilizaciones antiguas, ha lanzado una advertencia alarmante: la civilización global podría derrumbarse antes del año 2050. Según Kemp, existe un patrón histórico de “autoterminación”, en el que las élites explotan los recursos naturales y a las personas hasta llevar al sistema al borde de la ruptura.
Este proceso, explica, debilita las estructuras sociales, incrementa la desigualdad, fomenta la corrupción y deteriora la capacidad colectiva de tomar decisiones. En un estado tan frágil, basta con un evento externo de gran impacto —como una guerra, una pandemia o una crisis climática— para desencadenar un colapso total.
Entre los posibles detonantes, Kemp destaca una amenaza poco considerada: una tormenta solar extrema. Recuerda el Evento Carrington de 1859, que provocó fallos en los sistemas telegráficos de la época. Si algo similar ocurriera hoy, podría destruir satélites, redes eléctricas y sistemas de comunicación, sumiendo al planeta en un apagón global. Según sus cálculos, hay un 50% de probabilidad de que esto suceda antes de 2050.
Kemp también critica la indiferencia de los líderes políticos ante amenazas existenciales como la proliferación nuclear, que rara vez se discuten en campañas electorales. Mientras tanto, los más ricos del planeta ya se preparan para un posible colapso, invirtiendo millones de euros en refugios subterráneos de lujo, autosuficientes y con seguridad privada.
El científico advierte que el colapso no será necesariamente repentino, sino el resultado de un proceso ya en marcha, alimentado por la creciente desigualdad, la degradación ambiental y la falta de acción política y colectiva. Para Kemp, si no se toman medidas urgentes, la civilización tal y como la conocemos podría tener los días contados.