En 1997, Bobbi y Kenny McCaughey, residentes de Iowa (EE.UU.), se convirtieron en noticia mundial al dar la bienvenida a los primeros sétuplos sobrevivientes de la historia. Tras someterse a un tratamiento de fertilidad con el medicamento Metrodin, descubrieron en la sexta semana de embarazo que esperaban siete bebés. A pesar de los enormes riesgos, Bobbi logró llevar la gestación hasta la semana 30, momento en el que nacieron por cesárea Kenneth, Alexis, Natalie, Kelsey, Brandon, Nathan y Joel.
El nacimiento tuvo una repercusión internacional inmediata. La familia recibió una oleada de apoyo, incluyendo donaciones de empresas y una casa de siete habitaciones. La vida diaria era todo un desafío: se consumían alrededor de 42 biberones y 70 pañales al día. Con el tiempo, los McCaughey se convirtieron en un símbolo de superación y unidad familiar.
En 2022, cuando los sétuplos tenían 25 años, ofrecieron una rara entrevista en la que compartieron sus trayectorias personales. Cuatro de ellos, junto con su hermana mayor Mikayla, ya se han casado y tienen hijos, lo que ha dado a Bobbi y Kenny cuatro nietos. Brandon es sargento del ejército estadounidense; Natalie trabaja en un hospital; Kenny, que espera su primer hijo, trabaja en el sector tecnológico, al igual que Joel y Nathan. Alexis, quien nació con parálisis cerebral, se dedica al trabajo con niños, mientras que Kelsey, tras intentar una carrera musical, trabaja en comunicación.
La antigua casa familiar fue donada a una ONG que apoya a madres jóvenes. Aunque viven separados geográficamente, los hermanos mantienen vínculos estrechos y tradiciones emocionales, como cantar juntos canciones de su infancia. “Me encanta cuando todos vuelven a casa. Es ruidoso, lleno… pero maravilloso”, afirma Bobbi.
La historia de los McCaughey sigue conmoviendo al mundo, como ejemplo de cómo el amor, la resiliencia y el apoyo mutuo pueden forjar una familia extraordinaria desde el nacimiento hasta la adultez.