







Allison Fisher, una joven de 20 años, fue sometida a una cirugía en Estados Unidos para extirpar un quiste ovárico de 45,5 kilos. En una entrevista con la revista People, relató que los primeros síntomas comenzaron con dolores abdominales constantes y un ciclo menstrual que se prolongó casi un año.
Durante mucho tiempo, evitó buscar atención médica por miedo a que los profesionales se centraran únicamente en su peso. “Me convencí de que, si lo ignoraba, desaparecería. Tenía mucho miedo”, confesó.
Allison explicó que, sin importar el motivo de sus visitas médicas, siempre le recomendaban perder peso. “Podía ir por un resfriado o una infección de oído, y me decían: ‘tienes que adelgazar’. Nunca me escuchaban, así que me preguntaba: ¿para qué ir?”, afirmó.
Con el tiempo, notó que una masa crecía en su abdomen. Al ver publicaciones sobre quistes en redes sociales, decidió buscar ayuda. “Sentía como si estuviera embarazada de 10 hijos. No podía dormir boca abajo. Parecía que todos mis órganos estaban siendo aplastados”, describió.
La operación se llevó a cabo en diciembre en el hospital Ascension St. Vincent’s, en Florida, dirigida por el ginecólogo oncólogo Dr. Martin Martino. Según el médico, el quiste contenía cerca de 46 litros de líquido. “Lo interesante fue que, al retirarlo, pudimos observar el otro ovario y descubrimos que estaba torcido tres veces”, explicó.
Tras la cirugía, Allison notó cambios significativos: “Puedo volver a ver mis pies, algo que no podía hacer desde hace años. Puedo estar de pie más tiempo. Me siento mucho más ligera. Ahora puedo hacer cosas normales. Estoy en las primeras etapas de una cirugía bariátrica y muy ilusionada con lo que viene”.
Finalmente, hizo un llamado a quienes temen ir al médico por su peso: “Hay muchas personas con más peso que yo que tienen miedo de acudir al médico. Quiero que sepan que no deberían tener miedo”.