Un suceso alarmante ocurrió el pasado 3 de agosto en Kaiwaka, Nueva Zelanda, cuando el conductor de un autobús que cubría la ruta entre Northland y Auckland descubrió a una niña de dos años dentro de una maleta en el compartimento de equipajes. La menor, que solo vestía un pañal, llevaba cerca de una hora encerrada en un espacio sin ventilación ni condiciones de seguridad mínimas.
El hallazgo se produjo alrededor de las 12:50 horas, durante una parada en Kaiwaka, cuando una pasajera solicitó acceso al compartimento de equipajes. Al abrirlo, el conductor notó que una de las maletas se movía. Al inspeccionarla, encontró a la niña en su interior. La menor fue trasladada de inmediato al hospital, donde fue evaluada y considerada clínicamente estable. No obstante, estuvo expuesta a graves riesgos como asfixia, golpe de calor y posible trauma psicológico.
La policía arrestó a una mujer de 27 años, también pasajera del autobús, bajo cargos de negligencia, ya que se sospecha que fue ella quien introdujo a la niña en la maleta. La identidad de la detenida permanece bajo secreto judicial, y aún se investiga su relación con la menor.
El conductor ha sido elogiado por su rápida y atenta actuación, que evitó una posible tragedia. La empresa de transporte InterCity confirmó el incidente y está colaborando con las autoridades. Un dato relevante es que, según la normativa local, los niños menores de tres años pueden viajar gratuitamente en el regazo de un adulto, lo que genera interrogantes sobre la motivación detrás del intento de ocultar a la niña.
El caso está siendo investigado por la policía neozelandesa en coordinación con el Ministerio de Infancia, Oranga Tamariki, que ha asegurado estar trabajando con la familia para garantizar la seguridad de la menor. Dada la sensibilidad del caso y con el fin de proteger a la niña, no se han revelado más detalles al público.