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Marina Abramović y las performances extremas que casi le cuestan la vida

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Marina Abramović, reconocida artista de performance serbia, es célebre por llevar su cuerpo y mente al límite en nombre del arte. Dos de sus obras más impactantes y peligrosas ejemplifican hasta qué punto ha estado dispuesta a arriesgarlo todo para explorar la vulnerabilidad humana y la relación entre artista y espectador.

En 1974, en Nápoles, presentó Ritmo 0, un experimento radical en el que permaneció inmóvil durante seis horas mientras el público podía utilizar libremente 72 objetos colocados sobre una mesa. Entre ellos había desde elementos inocuos, como flores o frutas, hasta instrumentos peligrosos, como cuchillas de afeitar e incluso una pistola cargada. La atmósfera pronto cambió: lo que comenzó con gestos delicados se transformó en actos de agresión. Le desgarraron la ropa, le hicieron cortes en la piel e incluso, en un momento aterrador, un participante le apuntó con la pistola a la cabeza. La obra desveló el lado oscuro del ser humano cuando se le ofrece libertad absoluta sin consecuencias.

Tres años después, en 1977, Abramović y su entonces pareja artística y sentimental, Ulay, llevaron a cabo Energía en reposo. La acción duró apenas cuatro minutos, pero la tensión era máxima: Marina sostenía un arco mientras Ulay mantenía la cuerda tensada con una flecha apuntando directamente al corazón de ella. Ambos dependían de su fuerza y equilibrio mutuos para evitar una tragedia. Un micrófono amplificaba los latidos del corazón de Marina, haciendo el peligro aún más palpable para los asistentes. Cualquier mínimo fallo muscular o pérdida de concentración habría sido fatal.

Estas dos performances siguen siendo consideradas por Abramović como las más arriesgadas de su trayectoria. En Ritmo 0, se entregó completamente al público, exponiéndose a lo imprevisible de la naturaleza humana. En Energía en reposo, su vida dependía por completo de la confianza depositada en otra persona. Ambas obras dejaron una huella indeleble en la historia del arte performativo y plantearon profundas reflexiones sobre el poder, la confianza, el control y los límites de la experiencia humana.

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