Un caso estremecedor ha conmocionado a la sociedad estadounidense. Ashley Pardo, residente del Condado de Bexar, en Texas, ha sido formalmente acusada de colaborar en actos de terrorismo por presuntamente ayudar a su hijo de 13 años a planear un ataque armado en la escuela Rhodes Middle School, ubicada en San Antonio.
De acuerdo con documentos judiciales, la madre habría proporcionado al menor munición, equipamiento táctico y cargadores cargados como “recompensa” por cuidar a sus hermanos menores. Las autoridades descubrieron que el adolescente mostraba una preocupante fascinación por los autores de tiroteos masivos, en especial aquellos vinculados al supremacismo blanco. En su habitación se hallaron mapas detallados del colegio, rutas marcadas como “suicidas”, símbolos nazis, listas de víctimas y un artefacto explosivo casero.
Además de las acusaciones de terrorismo, Pardo también fue imputada por poner en peligro a un menor, tras enviar una fotografía en la que aparece apuntando con una escopeta a la cabeza de un bebé de 11 meses. La imagen fue enviada al padre del niño con un mensaje alarmante.
La policía informó que la madre no mostró remordimiento alguno y se mantuvo indiferente ante el comportamiento de su hijo. El adolescente ya había sido denunciado previamente por su abuela por conductas inquietantes, como golpear un proyectil con un martillo y buscar información sobre la masacre de Christchurch, en Nueva Zelanda. El menor habría expresado su deseo de “hacerse famoso”, en alusión al autor de ese atentado.
Pese a estos antecedentes, el joven fue readmitido en la escuela tras un breve paso por un programa alternativo. Cuatro días después, regresó al centro educativo vestido con ropa táctica y fue detenido en las inmediaciones. Esta detención derivó en el hallazgo de pruebas que llevaron a la acusación formal contra su madre.
Ashley Pardo tiene prohibido acercarse a sus hijos, portar armas o consumir alcohol, y deberá utilizar una tobillera electrónica si es liberada. El menor enfrenta cargos por posesión ilegal de armas y podría ser imputado por otros delitos. El caso sigue bajo investigación y ha reavivado el debate sobre la responsabilidad parental, las deficiencias del sistema escolar y la prevención de tragedias.
