Layne Horwich, una mujer estadounidense de 101 años que vive sola en Highland Park, Illinois, fue diagnosticada con cáncer de mama en estadio 1 tras detectar un pequeño nódulo en su pecho mientras se ponía el pijama. A pesar de su avanzada edad, lleva una vida independiente, realiza sus compras, paga sus cuentas y mantiene una rutina activa. El diagnóstico sorprendió incluso a los médicos, debido a su longevidad y buen estado de salud.
Ante las opciones ofrecidas por la cirujana oncológica Catherine Pesce —observar el tumor, iniciar terapia hormonal o someterse a cirugía— Horwich optó por una lumpectomía, una intervención quirúrgica que consiste en la extracción del tumor junto con parte del tejido circundante. Rechazó la terapia hormonal por temor a efectos secundarios como la caída del cabello. Fue operada en agosto de 2024 y su recuperación fue rápida, sin necesidad de quimioterapia ni radioterapia.
La doctora Pesce subrayó que este caso puede servir de inspiración para otras mujeres mayores y recordó que el riesgo de cáncer de mama aumenta con la edad, por lo que es fundamental mantener los controles médicos mientras se goce de buena salud.
Horwich, que jugó al tenis hasta los 92 años y sigue participando en juegos de cartas y mahjong, afirma que el secreto de su longevidad está en mantenerse activa física y mentalmente, además de conservar relaciones sociales sólidas. “Siempre fui muy social, siempre tuve amigos y salía a almorzar y cenar”, comentó. También remarcó la importancia de la prevención y el autocuidado como pilares de una vida saludable.
“Ahora estoy libre del cáncer. Simplemente sigo con mi vida”, celebró la centenaria tras superar la enfermedad.