Ranulfo Custódio Alves, un brasileño de 102 años, se ha convertido en un ejemplo de vitalidad y responsabilidad al renovar por su cuenta la licencia de conducir en el Departamento de Tráfico del estado de Mato Grosso do Sul (Detran). Con más de seis décadas al volante, Ranulfo acudió solo a la sede del Detran en Camapuã para renovar su carné por tres años más, lo que conmovió al personal por su lucidez y buen estado de salud.
Durante el proceso, fue sometido al examen médico obligatorio, el cual superó sin ninguna dificultad. “Empecé a llorar de emoción por el cariño que recibí del personal del Detran”, declaró el jubilado. A pesar de su avanzada edad, Ranulfo mantiene una rutina activa: conduce su camioneta, colabora en las tareas de la finca familiar y realiza ejercicios físicos con regularidad. Según él, mantenerse activo es el secreto de su longevidad.
Aunque sus hijos intentaron disuadirle de seguir conduciendo, finalmente aceptaron su autonomía. Su hija menor, Jéssica Alves Amorim, confesó que se enteró después de que su padre había ido solo a renovar el documento. La familia respeta su decisión, especialmente porque Ranulfo nunca ha recibido una multa ni ha estado involucrado en accidentes.
Él mismo afirma que evita zonas de tráfico intenso y conduce con extrema precaución. “Si ya era cuidadoso antes, ahora lo soy el doble”, asegura. Su historia ha generado admiración en Brasil, convirtiéndose en un símbolo de independencia y responsabilidad en la tercera edad.
El coste de renovar la licencia de conducir en Brasil ronda los 150 reales, lo que equivale aproximadamente a 27 euros, una cantidad que Ranulfo asume con orgullo para seguir disfrutando de la libertad de conducir.