Lori y Chris Coble, una pareja de California (EE. UU.), vivieron una de las tragedias más devastadoras que puede sufrir una familia: en mayo de 2007, perdieron a sus tres hijos pequeños en un grave accidente de tráfico en Mission Viejo. Un año después, el destino les sorprendió con lo que muchos calificaron como un milagro: el nacimiento de trillizos tras un tratamiento de fecundación in vitro.
Katie, de 2 años, Emma, de 4, y Kyle, que acababa de cumplir 5, fallecieron cuando la minivan familiar fue embestida por un camión que circulaba a 88 km/h en una autopista colapsada. Lori, que conducía el vehículo, quedó inconsciente por el impacto. Aunque los niños fueron trasladados al hospital, ninguno logró sobrevivir.
Chris, que en ese momento estaba en el trabajo, recibió la devastadora noticia de que Katie y Emma habían muerto. Horas más tarde, él y Lori tomaron la difícil decisión de desconectar a Kyle de los aparatos que lo mantenían con vida, después de que los médicos confirmaran que su cerebro ya no recibía oxígeno. “Ella intentó levantarse de la silla de ruedas para abrazarlo y dijo: ‘Tiene que irse con sus hermanas ahora. Ellas le están esperando’”, contó Chris en el programa The Oprah Winfrey Show.
La familia celebró un funeral con tres pequeños ataúdes alineados. A pesar del inmenso dolor, Lori y Chris prometieron mantenerse unidos y apoyarse mutuamente. “Prometimos no dejar que el otro cayera”, recordó Lori.
Con el tiempo, y arropados por sus seres queridos, decidieron intentar tener hijos de nuevo. Optaron por la fecundación in vitro, y para su sorpresa, tres embriones fueron fecundados: dos niñas y un niño. Decidieron seguir adelante con los tres, viendo en ello una señal.
En mayo de 2008, Lori dio a luz a Ashley, Ellie y Jake. Los trillizos transformaron por completo la dinámica familiar. “Jamás reemplazarán a Kyle, Emma y Katie. Pero la alegría volvió a nuestro hogar, volvió a nuestros corazones”, declaró la madre.
La familia mantiene vivos los recuerdos de los hijos que partieron. Sus fotos adornan las paredes del hogar, y es habitual que visiten el cementerio en compañía de los trillizos, donde incluso hacen pícnics familiares.
El conductor del camión, Jorge Romero, fue condenado a un año de prisión por homicidio involuntario. Durante el juicio, Lori y Chris lo perdonaron públicamente. “Era un hombre de buen corazón. Estaba absolutamente destrozado”, afirmó Chris.
Además, la pareja presentó una demanda contra el Departamento de Transportes de California por negligencia en un tramo peligroso de la autopista. Aunque perdieron el proceso y fueron condenados a pagar más de 290.000 dólares en costas, aseguraron que su objetivo siempre fue mejorar la seguridad vial.
Hoy, Lori y Chris continúan criando a Ashley, Ellie y Jake con todo el amor posible y con la memoria de sus hermanos siempre presente. “Saben que tienen dos hermanas y un hermano en el cielo. Y nos aferramos los unos a los otros, porque eso es lo que más necesitamos”, concluyó Lori.
