Addison McArthur recibió un trasplante de corazón con pocas semanas de vida, después de que el lado izquierdo de su órgano dejara de funcionar. El procedimiento fue posible gracias a la donación realizada por la familia de Audrey Sullenger, una bebé de seis días que falleció inesperadamente en el estado de Nevada, en Estados Unidos. El caso conmovió a ambas familias y hoy impulsa acciones en defensa de la donación de órganos.
++ Influencer de fitness queda paralizada tras ser picada por una garrapata
A Addison le diagnosticaron una rara afección cardíaca llamada miocardiopatía no compactada del ventrículo izquierdo. Nacida en Vancouver, Canadá, fue inmediatamente incluida en la lista de trasplantes, con riesgo inminente de muerte. En ese mismo periodo, Felicia Hill estaba de luto por la pérdida de su hija recién nacida y decidió autorizar la donación de los órganos de la bebé.
“Era algo que siempre supe: si pudiera conocer a la familia del donante, me gustaría”, declaró Elaine Yong, madre de Addison, a la CNN.
++ Alpinista indonesio conquista corazones y recauda una fortuna tras rescate de Juliana Marins
Audrey se convirtió en la donante más joven del estado de Nevada ese año. Su corazón fue enviado a Canadá para ser trasplantado a la niña. El procedimiento salvó la vida de Addison y dio inicio a una relación afectiva entre las dos familias. El primer intercambio se realizó a través de cartas intermediadas por la organización de trasplantes. Más tarde, las madres se conocieron personalmente en una caminata por la donación de órganos en California.
En esa ocasión, Felicia Hill pudo escuchar el corazón de su hija latiendo en el pecho de Addison con la ayuda de un estetoscopio. “Sentí una conexión inmediata, sabiendo que otra madre podría criar a su hijo. Y eso fue lo que me dio tanta felicidad”, dijo Hill.
Desde entonces, las dos se han convertido en defensoras de la causa. Yong trabaja hoy como gerente de comunicación y relaciones comunitarias de BC Transplant, la organización de donantes de Columbia Británica, y ambas participan activamente en campañas de concienciación. “Esto nunca pasa desapercibido para mí, por muy ocupada que esté. Cada donante está marcando una gran diferencia”, afirmó Elaine.
En abril de este año, Addison cumplió 14 años. Su madre publicó en las redes sociales un relato sobre los logros de su hija tras el trasplante, como nadar con manatíes, ver la aurora boreal y asistir a conciertos de Imagine Dragons. “El mayor regalo de todos es el año en sí mismo y ella tiene que agradecérselo a Audrey”, declaró.