Más de un año después del homicidio de Michael Boschetto, de 32 años, en Villafranca Padovana, región de Véneto, norte de Italia, un elemento crucial podría cambiar el curso de la investigación: un video hallado en el iPhone de la víctima por su propio padre.
++ El actor Jonathan Joss muere al intentar proteger a su marido en un ataque homófobo
Según la prensa italiana, el dispositivo había sido confiscado por las autoridades tras el crimen, ocurrido en abril de 2024. Sin embargo, después de múltiples intentos fallidos para desbloquearlo, los investigadores devolvieron el dispositivo al padre de la víctima, quien sorprendentemente logró acceder al contenido.
Al examinar los archivos, encontró un video breve, tipo selfie, grabado inmediatamente después del asesinato, en el cual aparece Giacomo Friso, de 34 años, amigo de la infancia de Boschetto y señalado como principal sospechoso desde el inicio de las investigaciones. La fecha y hora de la grabación coinciden con el momento del crimen. El video deberá ser incorporado formalmente al proceso, cuya próxima audiencia está programada para el 11 de septiembre.
++ Modelo de 17 años muere ahogado durante un ensayo de graduación
El crimen y el historial de agresividad
Conforme a los investigadores, en la madrugada del 27 de abril de 2024, Friso habría llegado a la casa de la víctima e insistido en golpear la puerta hasta que Boschetto despertara. Tras una discusión acalorada que terminó en agresiones mutuas, Friso regresó a su domicilio, tomó un cuchillo y volvió al lugar, donde apuñaló a la víctima en la entrada de la residencia. Después del homicidio, habría robado el celular usado posteriormente para grabar el video.
Friso, quien había salido recientemente de un centro de rehabilitación por drogadicción, ya venía mostrando comportamiento agresivo días antes del crimen. Residentes de la ciudad reportaron que circulaba armado con un cuchillo, amenazando personas y protagonizando escenas de violencia.
El sospechoso ya se había involucrado en otros episodios violentos en bares locales, en los cuales llegó a amenazar clientes con un cuchillo y resistir el arresto, volviéndose conocido entre los habitantes por el apodo de “Furia”.
El video ahora descubierto puede ser la pieza clave que faltaba para consolidar la acusación en el juicio de un caso que conmocionó a la pequeña ciudad italiana.
