La influencer digital canadiense Rebecca Luna, de 48 años, creía que sus lapsos de memoria estaban relacionados con el estrés cotidiano y el TDAH (trastorno por déficit de atención con hiperactividad), una afección con la que convive desde hace más de una década. Sin embargo, los olvidos se hicieron cada vez más frecuentes e intensos, lo que reveló un cuadro más grave.
Al principio, los episodios parecían inofensivos. En uno de ellos, Rebecca pasó más de una hora buscando la llave del coche, que en realidad estaba en el contacto con el vehículo en marcha. En otra ocasión, se olvidó de una olla encendida en la cocina y salió de casa, corriendo el riesgo de provocar un incendio en el apartamento.
Además, empezó a no reconocer los nombres de otras madres de la escuela de su hija. También empezó a tener dificultades para iniciar programas informáticos que utilizaba a diario en su trabajo. Al principio, todos estos signos se atribuyeron al TDAH. Sin embargo, el cuadro evolucionó rápidamente.
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Ante el agravamiento de los síntomas, Rebecca acudió a su psiquiatra y solicitó una evaluación cognitiva. La prueba se realizó tres veces, pero en ninguno de los intentos logró obtener una puntuación satisfactoria. A partir de estos resultados, los médicos recomendaron exámenes neurológicos más detallados, incluyendo imágenes cerebrales.
Mediante una resonancia magnética, los especialistas identificaron signos compatibles con Alzheimer de inicio precoz. El diagnóstico se basó en el análisis de la atrofia temporal medial, un método visual que detecta la acumulación de proteínas anormales en el cerebro. En el caso de Rebecca, el nivel de atrofia era significativamente superior al esperado para su grupo de edad.
Tras la confirmación, el neurólogo responsable comenzó a seguir el caso. Orientó a la paciente sobre cómo adaptar su rutina a la nueva realidad. Como resultado, Rebecca comenzó a reorganizar su vida personal y profesional. Esto se debe a que, al tratarse de un Alzheimer precoz, la enfermedad tiende a avanzar de forma más abrupta, especialmente en personas que aún se encuentran en plena fase productiva.
A pesar del impacto del diagnóstico, Rebecca decidió compartir su experiencia con sus seguidores en las redes sociales. Ella cree que visibilizar el problema puede ayudar a otras personas a identificar los síntomas tempranos y a buscar ayuda médica. En este sentido, su historia refuerza la importancia del diagnóstico precoz y de romper los estigmas en torno a la salud mental y neurológica.