La niña británica Olivia Farnsworth, de 10 años, ha sido apodada por los médicos «niña biónica» tras sobrevivir al atropello de un coche sin manifestar dolor ni lesiones graves. La niña padece una enfermedad genética extremadamente rara causada por la ausencia de parte del cromosoma 6, que le impide sentir dolor, hambre o cansancio.
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El caso de Olivia llamó la atención de la comunidad médica tras el accidente. Fue arrastrada unos 40 metros por un coche y, sorprendentemente, se levantó sola. Su madre, Niki Trepak, declaró a The Huffington Post que su hija no expresó dolor ni miedo: “Simplemente se levantó y caminó hacia mí”, dijo.
A pesar de la gravedad del impacto, las lesiones fueron mínimas: sólo arañazos y una marca de neumático en el pecho. Según los médicos, el hecho de que el cuerpo de la niña no se agarrotara durante la colisión podría haber evitado lesiones más graves.
La madre relató que, de bebé, la niña rechazaba la comida y no lloraba, incluso después de caídas y heridas. Cuando tenía nueve meses, dejó de hacer siestas durante el día, y durante años durmió unas dos horas por la noche. Comportamientos como la falta de apetito y la resistencia al sueño empezaron a investigarse más a fondo tras un episodio en el que Olivia se cortó el labio y no mostró ninguna reacción al dolor.
Tras unas pruebas y un seguimiento médico, se le diagnosticó un síndrome relacionado con la deleción del brazo corto del cromosoma 6 (6p), una afección que sólo se registra en unas 100 personas en todo el mundo, según el grupo de apoyo Unique, especializado en trastornos cromosómicos.
Olivia también tiene episodios ocasionales de arrebatos emocionales y comportamiento agresivo, pero según su madre, es una niña feliz que se ha adaptado a su enfermedad. Hoy toma medicación para dormir y tiene una dieta selectiva, a menudo influida por la rutina escolar y largos periodos de preferencia por un solo tipo de comida.
La familia cuenta con el apoyo de Unique para hacer frente a los retos de este diagnóstico poco frecuente y pretende concienciar sobre las enfermedades genéticas poco conocidas. “Quiero que la gente deje de juzgar. A primera vista, nadie se da cuenta de que Olivia tiene una enfermedad rara, pero se enfrenta a una realidad muy diferente a la de otros niños”, dijo Niki.