Una monja brasileña de origen amazónico ha sido relevada de sus funciones como superiora del Monasterio San Giacomo di Veglia en el norte de Italia. Aline Pereira Ghammachi, quien en 2018 se convirtió en la abadesa más joven de un convento italiano, fue destituida en medio de un proceso marcado por tensiones internas y acusaciones graves.
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Según relata la ex dirigente, los problemas comenzaron hace aproximadamente dos años cuando un grupo de monjas envió una carta al entonces Papa Francisco denunciando presuntos maltratos y comportamientos inapropiados. “Hace dos años, algunas hermanas enviaron una carta al Papa Francisco”, explicó Aline, quien rechaza categóricamente tales acusaciones y afirma que no prosperaron gracias a testimonios favorables de otras religiosas.
La destitución coincidió con el fallecimiento del Papa Francisco y la elección del nuevo pontífice León XIV, circunstancia que Aline vincula con cambios en las dinámicas de poder. “En este tiempo, algunos equilibrios cambiaron y, el lunes de Pascua, fui destituida”, lamentó. La religiosa sostiene que la decisión fue repentina y sin evidencias concretas contra ella.
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El caso ha escalado en gravedad pues, tras la salida de Ghammachi, cinco monjas abandonaron el convento alegando que el ambiente se había vuelto “insoportable”. Una de ellas declaró al periódico Leggo que buscaron protección policial para evitar nuevos conflictos: “Salimos y fuimos a un lugar seguro y protegido”.
La ex abadesa ha manifestado su intención de apelar ante la justicia vaticana o incluso recurrir a instancias civiles. “Rezo para que la verdad salga a la luz, por el amor de Dios y por la misión que desempeñamos”, expresó. Mientras tanto, el monasterio confirmó que Aline tiene derecho a recurrir la decisión ante el Dicasterio correspondiente.