Lo que antes eran comentarios moderados ahora se han transformado en ataques directos entre los titanes de la tecnología. Por esta razón, las últimas declaraciones de Bill Gates sobre Elon Musk han generado gran controversia en el mundo empresarial.
La batalla por la ayuda humanitaria se intensifica
En una reciente entrevista con el periódico Financial Times, Gates acusó duramente al CEO de Tesla. Según el fundador de Microsoft, Musk está “matando a los niños más pobres del mundo” a través de los recortes que promueve desde su Departamento de Eficiencia gubernamental.
El desacuerdo entre ambos multimillonarios ha crecido considerablemente desde que Musk se incorporó al gobierno estadounidense. Además, Gates sostiene firmemente que estos recortes presupuestarios tienen su origen en la ignorancia y falta de visión humanitaria.
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Sin embargo, el caso que parece haber detonado esta guerra de declaraciones fue especialmente grave. La cancelación de subsidios para un hospital en Gaza, destinados a prevenir la transmisión del VIH de madres a bebés, ha sido el punto culminante del conflicto.
“Me encantaría que visitara y conociera a los niños que ahora están infectados con VIH porque él cortó ese dinero”, afirmó Gates con evidente indignación. “La imagen del hombre más rico del mundo matando a los niños más pobres del mundo no es bonita”.
Dos visiones opuestas sobre la filantropía
El ex director de Microsoft ha anunciado anteriormente que destinará la mayor parte de su fortuna a su fundación filantrópica. Por lo tanto, solo una pequeña porción será transferida a sus hijos después de su fallecimiento.
Recientemente, la Fundación Gates confirmó que aumentará significativamente su gasto anual hasta los $10 mil millones durante las próximas dos décadas. En consecuencia, esto totalizará unos astronómicos $200 mil millones, duplicando así lo invertido en los últimos 25 años.
Esta rivalidad no es nueva, puesto que se remonta a 2012, cuando Musk firmó inicialmente The Giving Pledge, una iniciativa filantrópica impulsada por Gates. No obstante, posteriormente el dueño de Tesla calificó la filantropía como una “tontería”, marcando así el inicio de un distanciamiento ideológico que hoy llega a su punto más álgido.
