A sus 21 años, Kaylee Halko no es sólo una joven que se enfrenta a una enfermedad rara y difícil, sino también una fuente de inspiración para miles de personas de todo el mundo. Diagnosticada con el síndrome de progeria de Hutchinson-Gilford, una rara enfermedad genética que acelera el envejecimiento, la joven se vio obligada a enfrentarse a limitaciones físicas desde una edad temprana. Sin embargo, no dejó que esto definiera su futuro.
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Esta enfermedad, que afecta a uno de cada 20 millones de niños, provoca un envejecimiento prematuro y conlleva una serie de complicaciones, como problemas articulares, retraso del crecimiento y cardiopatías. Las personas con progeria no suelen superar la adolescencia, pero Kaylee desafía las expectativas y demuestra que es posible vivir plenamente, a pesar de la adversidad.
“Nunca pensamos que tendría una esperanza de vida más corta. Cualquiera puede morir en cualquier momento, así que no podemos preocuparnos”, dice su madre, Marla Halko. La familia siempre ha intentado destacar los aspectos positivos de la vida, y eso se ha reflejado en la forma en que la joven afronta su enfermedad.
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A Kaylee le diagnosticaron la enfermedad cuando tenía 12 meses, tras tener dificultades para ganar peso. A los 2 años perdió completamente el pelo y empezó a desarrollar síntomas de artritis. Aunque no creció más de 1,05 metros y sufrió una pérdida de densidad ósea y muscular, encontró la manera de sobrellevar sus limitaciones. Desde los seis años practica hip-hop, una actividad que, según sus médicos, ha sido crucial para mantener su flexibilidad y evitar la rigidez articular.
Hoy vive tan activamente como cualquier joven de su edad. Va a la universidad, cocina, sale con sus amigos y se dedica a su carrera en las redes sociales. La joven ganó fama gracias a sus publicaciones, en las que comparte su vida cotidiana, sus retos y sus triunfos. Sus vídeos y posts, que al principio preocupaban a sus padres por la posibilidad de comentarios negativos, acabaron convirtiéndose en un gran éxito. “Por cada comentario malo, hay cientos buenos y gente que la defiende”, dice Marla.
Además de inspirar a sus seguidores, la joven se ha convertido en una poderosa voz para quienes se enfrentan a condiciones similares. “Hay más gente en el mundo que lo entiende, y los que no lo hacen no me impedirán hacer lo que quiero hacer”, afirma.