Imagínate escapar de la muerte con un miembro de más en el cuerpo. Eso es exactamente lo que le ocurrió a la vaca Manny, que nació con una malformación congénita llamada polimelia, que le hizo crecer una pata más en la cabeza. Esta característica única la salvó del matadero y la llevó a un nuevo hogar, donde ahora vive junto a otros animales rescatados.
Manny nació con polimelia, una enfermedad caracterizada por la presencia de extremidades adicionales. Aunque esta afección es poco común, no es rara y puede observarse en otras especies de animales. Sin embargo, en el caso de Manny, esta condición la hizo especial y la condujo a un destino diferente.
Manny se crió en una granja de vacuno, donde sería sacrificada cuando alcanzara la edad o el peso adecuados. Sin embargo, debido a su estado, un amigo del granjero decidió buscarle un nuevo hogar, ya que existía el riesgo de que no fuera aceptada para la venta. Fue entonces cuando la llevaron al santuario Uncle Neil’s Home, en Nueva Jersey (EE.UU.).
En el santuario, Manny fue acogida con amor y aceptación. “Abrimos la puerta y salió corriendo rápidamente, todas las vacas la estaban esperando”, cuenta el dueño del santuario. “Aceptaron a Manny tal como es, a nadie le importó su pata de más”. Manny empezó a saltar de alegría, demostrando que por fin había encontrado un hogar donde la querían y la aceptaban por lo que era.
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La historia de Manny es inspiradora y demuestra que, incluso con afecciones o malformaciones raras, todos los seres vivos merecen amor, aceptación y un hogar seguro. El santuario Uncle Neil’s Home es un ejemplo de cómo podemos cambiar la vida de los animales ofreciéndoles un hogar cariñoso y seguro. Y Manny, con su pata extra, es un recordatorio de que la diversidad y la singularidad son lo que hace la vida más interesante y valiosa.