Con el fin de contrarrestar la última medida proteccionista de Estados Unidos, la UE ha desplegado un paquete de represalias comerciales valorado en 26 mil millones de euros. Esta acción surge como respuesta directa a la decisión de Donald Trump de imponer un impuesto del 25% sobre todas las importaciones de acero y aluminio.
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Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, admitió con pesar que estas contra-medidas fueron adoptadas a regañadientes. Subrayó que los aranceles, al ser impuestos, afectan negativamente tanto a las empresas como a los consumidores, perturbando las cadenas de suministro y sembrando incertidumbre en la economía.
Reconociendo la falta de alternativas, von der Leyen afirmó que la Comisión lamenta profundamente la situación, pero que era imprescindible actuar para proteger a los ciudadanos y a la industria europea. Señaló que las medidas adoptadas son enérgicas, aunque proporcionalmente ajustadas a la crisis generada.
La UE ha anunciado el fin de la suspensión de aranceles sobre varios productos estadounidenses a partir del 1 de abril, y, de no verse cambios en la situación, a mediados de este mes se activará un nuevo paquete de represalias. Además, le ha encargado al Comisario de Comercio, Maros Sfecovic, reiniciar las conversaciones en busca de soluciones que mejoren el diálogo con Estados Unidos.
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Por su parte, las tarifas impuestas por EE.UU. sobre el acero y el aluminio, válidas para todas las importaciones sin importar su origen, entraron en vigor anoche. Varios críticos advierten que estas medidas encarecerán los productos para los consumidores estadounidenses y podrían frenar el crecimiento económico.
La semana pasada, Trump anunció además un arancel del 25% sobre importaciones de diversos productos provenientes de México y Canadá, aunque posteriormente introdujo excepciones, entre ellas para la industria automotriz. Este entramado de tarifas y excepciones refleja la estrategia proteccionista de Washington en medio de una creciente disputa comercial.