Una rara enfermedad ocular que provoca ceguera ha transformado la vida de una familia canadiense. Decidieron viajar por el mundo para mostrar a sus hijos la belleza de nuestro planeta, antes de que dejen de ver.
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La familia de Edith y Sebastian no son turistas ordinarios. Están creando recuerdos preciosos para sus cuatro hijos: Mia, de 12 años, Léo, de 9, Colin, de 7, y Laurent, de 5. Mia fue la primera en ser diagnosticada de retinosis pigmentaria, una enfermedad que provoca la degeneración gradual de la visión.
Los padres decidieron llevar a la niña a explorar la naturaleza mientras aún pudiera ver de lejos. Entonces los médicos descubrieron que Colin y Laurent también padecían la enfermedad. Así que decidieron seguir al pie de la letra el consejo de llenar sus ojos de recuerdos.
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“El especialista me dijo: ‘Llénales la memoria visual. Utiliza libros para que puedan ver lo que es un elefante, una jirafa, para que tengan referencias visuales cuando se queden ciegos. Entonces se me ocurrió: si voy a enseñarles cosas en los libros, ¿por qué no enseñárselas en la vida real? Así que pensamos en una forma estupenda de mostrarles todo lo que es bello en este mundo. Así empezó el viaje”, dijo Edith Lamay.
Después de que a tres de sus cuatro hijos les diagnosticaran la enfermedad, los padres decidieron dejarlo todo durante un año para viajar por el mundo y crear registros visuales que perduraran en su memoria, incluso después de que los niños perdieran la vista.
Los médicos sugirieron paseos por lugares abiertos y vastos, que los niños dejarán de captar al degenerarse la retina. Hasta ahora, la familia ha viajado a seis países de tres continentes. De momento, Brasil es sólo un sueño en los planes.
“Con la enfermedad, tendrán que ser resistentes, porque tendrán que adaptarse todo el tiempo a medida que pierden la vista. Hoy caminan solos, pero un día necesitarán un bastón. Tendrán que adaptarse constantemente. Esto les enseña que centrarse en lo que es malo e incómodo sólo empeora las cosas. Si te centras en lo que es bueno, en lo que puedes controlar, puedes encontrar soluciones y todo se vuelve más fácil”, afirmó Edith.
Cada persona eligió un momento favorito del viaje. Recuerdos inolvidables y mucho aprendizaje. La familia canadiense continúa su viaje, creando recuerdos preciosos y demostrando que, incluso ante los retos, es posible encontrar belleza y alegría en la vida.


