La autorización para erigir el monumento en las afueras de Kikola (Polonia) se concedió en octubre del año pasado. Además, el proceso de retirada de las estructuras existentes en el lugar comenzó a principios de este mes, según informaron los medios de comunicación locales.
La estatua de María representa un regalo y un gesto de gratitud a Kikola, la ciudad donde Karkosik vive con su esposa. Además, el monumento promete convertirse en una importante atracción turística y un punto de peregrinación para los católicos.
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La estructura contará con una corona de 15 metros, lo que la hará aún más grandiosa. De este modo, el proyecto no sólo reafirma la fe de la comunidad local, sino que también refuerza la identidad cultural y religiosa de la región.


