Los informes sobre la creación de nuevas fuerzas de seguridad privadas por parte del presidente Putin, presuntamente como respuesta a posibles amenazas del grupo Wagner, revelan un panorama complejo sobre la situación actual del mandatario ruso. Tras la fallida insurrección de junio 2023, el Kremlin ha implementado una expansión significativa de sus sistemas de seguridad, que incluye no solo el refuerzo de la protección personal del presidente, sino también la formación de unidades especializadas con múltiples objetivos: desde la vigilancia fronteriza hasta la contra-insurgencia y la prevención de sabotajes externos. Este fortalecimiento sin precedentes del aparato de seguridad plantea interrogantes sobre la percepción de vulnerabilidad en los más altos niveles del gobierno ruso.
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A continuación, presentamos un análisis detallado del complejo entramado de recursos humanos y tecnológicos dedicados a la protección del presidente.